El sábado murió Jaime Escales.
Fue mayordomo del Colegio del Uruguay por cerca de veinte años más o menos.
Muchas veces me enojé con él. No era un empleado ejemplar y sin embargo amaba el jardín del Colegio. En el otoño daba vuelta la tierra de los canteros y la mezclaba con las hojas secas y dejaba un colchoncito suave para que volviera a crecer el pasto. Era cascarrabias pero también tenía buen humor.
Podaba las rosas a veces y la santa-rita de la pérgola.
Hoy nadie lo recordó.
Durante veinte años toco la vieja campana para llamar a clases pero hoy nadie lo recordó.
Ni siquiera ante la muerte de un compañero se conmovió el egoísmo del rector para decir a todos que un compañero se había marchado. Sólo eso hubiera bastado.
Hasta siempre Jaime. Saludos a Rosarito. Desde algún lado nos estarán acompañando.
Te recordaremos.
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